Si la educación de los hombres es la forma futura de los pueblos, la educación de la mujer garantiza y anuncia los hombres que de ella han de surgir. El ser se ha desenvuelto al calor del hogar, antes que una atribución del ser se desarrolle con el contacto de los libros. Estos reforman, no forman; y si las madres traen al hogar esa costumbre de servilismo, ese bien, -hallarse con la opresión, que en los pueblos esclavos y en las instituciones tiránicas se adquiere,- la educación del temor y la obediencia estorbará en los hijos la educación del cariño y del deber. De los sistemas opresores, no nacen más que hipócritas o déspotas
Artículo en "Revista Universal." México, 13 de mayo de 1875. Tomo 6. Página 201.
Artículo en "Revista Universal." México, 13 de mayo de 1875. Tomo 6. Página 201.
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